The Miracle of P. Tinto

Un hombre obsesionado con construir una gran familia. Su ingenuidad ante las normas sociales y su determinación lo llevan a adoptar a seres extraordinarios, lo que desencadena una serie de giros cómicos y sentimentales. Su entusiasmo a menudo roza la ceguera hacia las consecuencias de sus actos.

Una mujer ciega que es parte del intento fallido de formar una familia. Su presencia actúa como motor emocional de la historia y su interacción con los Martians revela una resiliencia y una necesidad de conexión. A lo largo de la película muestra una mezcla de vulnerabilidad y fuerza interior.

Un Martian que se identifica con los demás extraterrestres y que, tras estrechar lazos con la familia, decide ayudar a reparar la nave-tiempo para regresar a su mundo. Su comportamiento mezcla ingenio, picardía y un deseo de resolver su propio pasado.

Un contratista nacionalista que se ve involucrado en la reconstrucción de la casa y en el descubrimiento de un artefacto extraterrestre. Su curiosidad lo lleva a colaborar con fuerzas externas, y su implicación desencadena una cadena de eventos que atrapa a otros personajes en la aventura.

Uno de los Martians que, influido por la fe, decide abandonar sus planes de regresar a Marte y convertirse en sacerdote, trayendo una inesperada reflexión espiritual al grupo.

El otro Martian que acompaña a Pancho en su travesía. Su papel combina curiosidad científica y lealtad al grupo, manteniendo un puente entre lo humano y lo alienígena mientras la historia se despliega.

Un cura que actúa como voz de autoridad religiosa en el pueblo, y que influye en la dinámica de adopción al dirigir a los jóvenes hacia la iglesia. Su presencia introduce tensiones entre fe, moralidad y las curiosas aspiraciones de la familia.

La versión joven de Olivia, presente en los primeros momentos de la historia. Su interacción con el entorno y con los Martians añade una capa de inocencia que contrasta con las situaciones surrealistas que se desarrollan.

Un personaje secundario que representa la inercia de la vida cotidiana frente a los eventos extraordinarios que envuelven a la familia.